Fuente: IASW
Por Roger Noriega y Felipe Trigos
Por Roger Noriega y Felipe Trigos
A unas semanas de que se celebren las elecciones presidenciales en
Venezuela, el panorama no podría ser mas complicado para el ungido de
Chávez y sus titiriteros cubanos.
Las elecciones parecían estar decididas por la popularidad que dejaba atrás el comandante y su apoyo al delfín de Miraflores. Para sorpresa de un sector importante de chavistas, miembros de la oposición e indecisos, el pobre desempeño de Maduro ha expuesto a un candidato y a un presidente de facto incapaz de transmitir un mensaje coherente que empatice con el electorado. Así mismo, su ineptitud política no ha podido amalgamar las fracturas que existen dentro del chavismo y las fuerzas armadas.
La campaña de Maduro ha dejado ver algo verdaderamente grave para el pueblo venezolano: Los chavistas piden que se vote por la imagen de un muerto para que se consolide el proyecto cubano de conquistar Venezuela.
El delfín de Chávez no solo entregará la soberanía venezolana a los cubanos, también entregara la seguridad de Venezuela a países como China, Rusia, Irán, su brazo armado Hezbola y a narcotraficantes de toda la región.
Ya se a comprobado, por ejemplo, que los carteles de la droga mexicanos y colombianos tienen operaciones en Venezuela y que cuentan con el cobijo del gobierno Cubano-Madurista.
Por otra parte, el declive económico en Venezuela no es solo una posibilidad sino una realidad. Múltiples devaluaciones, una inflación que se incrementa a pasos acelerados y la escasez de productos básicos son la punta del iceberg de una economía, que de no dar una vuelta de timón inmediata, se hundirá como el Titanic.
Maduro, quien fuera el perro fiel de Chávez durante muchos años, se convirtió en el títere que los Castro han querido controlar desde que tomaron el poder en Cuba. A que a pesar de que Chávez se encargó de regalar millones de barriles de petróleo a La Habana por casi 14 años, nunca entregó, por lo menos por completo, la soberanía venezolana. Nicolás Maduro no tiene la fortaleza para contrarrestar los planes cubanos de convertir a Venezuela en un virreinato para el imperialismo cubano. Su lealtad y sumisión a los Castro ya fue sellada cuando conspiró para dejar morir a Chávez con la negligencia médica cubana y asumir la presidencia. Maduro carece de la inteligencia suficiente como para darse cuenta que los cubanos nunca buscan aliados, solo esclavos al servicio de la dictadura.
De ganar Maduro, la agenda del régimen se volverá aun mas beligerante y los subsidios al régimen Cubano en bancarrota incrementarán substancialmente.
La pregunta será entonces si los militares fieles a la constitución, civiles y miembros de la oposición permitirán tal atropello por parte de La Habana y su títere?
Si Maduro es incapaz de asegurar una victoria electoral, el régimen podría recurrir a un fraude para mantenerse en el poder.
La comunidad internacional, como hemos dicho en un sinnúmero de ocasiones, debe despertar y apoyar un verdadero proceso democrático en Venezuela y asegurarse de que no se cometa un fraude. Los países de la región deben entender que no solo esta en juego el futuro de los venezolanos; también la seguridad y prosperidad en una región que se ha visto atacada por movimientos de populismo autoritario y demagógico que han promovido la violencia, el terrorismo e inestabilidad económica.
Las elecciones parecían estar decididas por la popularidad que dejaba atrás el comandante y su apoyo al delfín de Miraflores. Para sorpresa de un sector importante de chavistas, miembros de la oposición e indecisos, el pobre desempeño de Maduro ha expuesto a un candidato y a un presidente de facto incapaz de transmitir un mensaje coherente que empatice con el electorado. Así mismo, su ineptitud política no ha podido amalgamar las fracturas que existen dentro del chavismo y las fuerzas armadas.
La campaña de Maduro ha dejado ver algo verdaderamente grave para el pueblo venezolano: Los chavistas piden que se vote por la imagen de un muerto para que se consolide el proyecto cubano de conquistar Venezuela.
El delfín de Chávez no solo entregará la soberanía venezolana a los cubanos, también entregara la seguridad de Venezuela a países como China, Rusia, Irán, su brazo armado Hezbola y a narcotraficantes de toda la región.
Ya se a comprobado, por ejemplo, que los carteles de la droga mexicanos y colombianos tienen operaciones en Venezuela y que cuentan con el cobijo del gobierno Cubano-Madurista.
Por otra parte, el declive económico en Venezuela no es solo una posibilidad sino una realidad. Múltiples devaluaciones, una inflación que se incrementa a pasos acelerados y la escasez de productos básicos son la punta del iceberg de una economía, que de no dar una vuelta de timón inmediata, se hundirá como el Titanic.
Maduro, quien fuera el perro fiel de Chávez durante muchos años, se convirtió en el títere que los Castro han querido controlar desde que tomaron el poder en Cuba. A que a pesar de que Chávez se encargó de regalar millones de barriles de petróleo a La Habana por casi 14 años, nunca entregó, por lo menos por completo, la soberanía venezolana. Nicolás Maduro no tiene la fortaleza para contrarrestar los planes cubanos de convertir a Venezuela en un virreinato para el imperialismo cubano. Su lealtad y sumisión a los Castro ya fue sellada cuando conspiró para dejar morir a Chávez con la negligencia médica cubana y asumir la presidencia. Maduro carece de la inteligencia suficiente como para darse cuenta que los cubanos nunca buscan aliados, solo esclavos al servicio de la dictadura.
De ganar Maduro, la agenda del régimen se volverá aun mas beligerante y los subsidios al régimen Cubano en bancarrota incrementarán substancialmente.
La pregunta será entonces si los militares fieles a la constitución, civiles y miembros de la oposición permitirán tal atropello por parte de La Habana y su títere?
Si Maduro es incapaz de asegurar una victoria electoral, el régimen podría recurrir a un fraude para mantenerse en el poder.
La comunidad internacional, como hemos dicho en un sinnúmero de ocasiones, debe despertar y apoyar un verdadero proceso democrático en Venezuela y asegurarse de que no se cometa un fraude. Los países de la región deben entender que no solo esta en juego el futuro de los venezolanos; también la seguridad y prosperidad en una región que se ha visto atacada por movimientos de populismo autoritario y demagógico que han promovido la violencia, el terrorismo e inestabilidad económica.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario