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jueves, 3 de mayo de 2012

Los Narcogenerales Se Devoran

Varios altos mandos del Ejército venezolano libran una sorda lucha por el poder político y el control de la droga
Por: E. J. BLASCO
Fuente: ABC,es
La guerra por el poder abierta en el chavismo no es sólo por el control político, sino también por el dominio del tráfico de drogas, esferas que en realidad están muy entrelazadas a juzgar por las informaciones cada vez más completas que están saliendo a la luz. Un detallado informe es el aportado por el general de división retirado Carlos Julio Peñaloza, con residencia en Estados Unidos.

El asesinato a balazos el pasado 19 de abril del general Wilmer Moreno supone «el inicio de una guerra entre bandas rivales de traficantes de droga», según Peñaloza. Varios de los altos mandos militares implicados en narcóticos pertenecieron a la camarilla de Hugo Chávez de sus primeros años en el Ejército, y se han visto favorecidos por él a lo largo de sus carreras, como Moreno, el capitán Luis Aguilarte —también asesinado— o Henry Rangel, actual ministro de Defensa. Algunos se encuadraron en bandos de droga opuestos.

Durante mucho tiempo el negocio de la droga estuvo dominado por Walid Makled, un civil que contó con la cobertura de los gobernadores militares de los lugares donde operaba. Entre 2000 y 2006, Makled estableció una red que recogía la droga de las FARC de los llanos colombianos a través de las fronteras con los estados venezolanos de Apure y Tachira (sus gobernadores, Luis Aguilarte y Blanco de la Cruz, respectivamente, amparaban las operaciones) y era transportada hasta la ciudad de Valencia, para ser embarcada en Puerto Cabello (todo ello en el estado de Carabobo, cuyo gobernador, Luis Felipe Acosta, también daba protección).

Con el tiempo, la red de Markled, conocida como cartel de Beirut por el origen libanés del capo, comenzó a tener competencia debido a la implicación directa en el negocio de mandos del Ejército, en lo que acabaría siendo el cartel de los Soles, cuya figura central es el general Clíver Alcalá, hoy erigido en el gran «zar de la droga» de Venezuela. Destinado en el estado de Zulia, Alcalá también negoció con las FARC y logró poner en marcha otra vía de entrada de la droga a Venezuela. Para boicotear esa intrusión en su negocio, en 2005 Markled dio aviso a la Guardia Nacional de un transporte del cartel de los Soles, que provocó la detención del teniente coronel Pedro Maggino. Este sería juzgado benévolamente en un juicio amañado por el juez Aponte, por presiones directas de Chávez, según ha denunciado el magistrado.

Aponte en realidad trabajaba para los dos carteles, aunque cuando entraban en colisión él se remitía a las órdenes de Chávez. Durante años estuvo cobrando cerca de 70.000 dólares mensuales de Markled, según ha asegurado este, quien además disponía de un carnet firmado por Aponte que le servía de salvoconducto. Cuando en 2007 el general Alcalá fue destinado a Valencia, este intentó tomar la infraestructura que el cartel de Beirut tenía allí y en Puerto Cabello. Ahí se desencadenó una guerra entre ambas mafias. Makled fue detenido al hallarse en su finca 400 kilos de cocaína, cuya colocación él atribuyó a Alcalá. Makled huyó a Colombia y fue extraditado en 2011. Su juicio comienza ahora, y es lo que ha propiciado la fuga a EE.UU. del juez Aponte, para evitar un ajuste de cuentas que ya se ha cobrado algunas muertes.

Tras el cerco del gobierno colombiano a las FARC, la mayor parte del tráfico de droga circula a través de territorio venezolano. La oficina de las Naciones Unidas contra la droga estima que la mitad de la mercancía llegada a Europa ha salido de Venezuela, que además exporta a Estados Unidos a través de México, con escala en Haití, República Dominicana, Guatemala y Honduras.

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